Seguimos preparando la Navidad. En esta ocasión se trata de
un mini post para enseñaros mi último trabajillo, una casita de jengibre. Desde
hace tiempo tenía ganas de hacer una. Veía por internet un montón de fotos de
casitas preciosas y pensaba ¡Yo también quiero! Y merece la pena. Es muy
entretenido, tan sencillo o complicado como uno quiera, y quedan muy monas.
Para hacer la casita lo primero que necesitamos es…la
casita. Para esto podemos hornearla nosotros mismos. En internet hay muchísimas
recetas de galletas de jengibre. Y para el molde tenemos varias opciones.
Podemos comprar moldes o cortadores. Yo he visto desde un cortador el Ikea por
5.99€ hasta moldes de silicona bastante caros, pero que tienen los relieves del
tejado y la fachada, por lo que son muy monos y nos facilitan el trabajo.
Otra
opción es hacernos nuestra propia plantilla. Una casa no es muy complicada…cuatro
paredes, el tejado y la chimenea (normalmente yo que soy muy apañada hubiera tirado
por aquí).
Pero también quería hacer galletitas para ambientar la casa y me
daba pereza hornear tanto. Así que recurrido a la tercera opción: comprar las
galletas ya hechas. He visto que venden kits en varios sitios. En mi caso pillé
uno en el Ikea por 2.99€ Aunque el
nombre no es muy atractivo (la poco agradecida palabra pepparkaka significa pan
de jengibre)
La casita está decorada con glaseado, caramelos y regaliz de
colores. Las galletas de árbol de Navidad y los muñequitos de jengibre…no son
de jengibre. Son las galletas que utilizo para decorar normalmente, también decoradas
con glaseado.
Llevan un palillo para poder sujetarlas a la base. La base blanca
en gomaeva sobre un par de planchas de cartón, para lograr que tenga un poco de
grosor y poder pinchar las galletas de los árboles y de los hombrecillos
Por este año ya he cubierto mi cupo galletil navideño. Para
el año que viene quería hacer un Belén… pero me ha gustado tanto lo de la
casita que si puedo, repetiré
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