Este fin de semana ha sido movidito. Por un lado en
Santander se ha celebrado la feria de repostería Cake, Pops and Cookies de la
que hablaré en otro post. Además de pasar a verla y hacer unas cuantas compras,
me presentaba al concurso de decoración de galletas. Y como ya escribí por facebook…¡¡Quedé segunda!!
Pero a lo que íbamos. Hace ya cosa de un mes también me
encargaron para el domingo una tarta muy especial para mi. ¿Por qué? ¡¡Porque
era una tarta infantil de Frozen!! Me gusta mucho Disney, las princesitas y
todo lo que sea pastelón y moñoso. Las tartas con las que mejor me lo paso son
las infantiles. Así que tenía muchas ganas de hacer el encargo.
Aproveché para estrenar este nuevo cacharro que para mi es
el invento supremo para cortar bizcochos nivelados. He probado a cortar con
lira y no me gusta nada. También he probado a utilizar el cuchillo marcando la
tarta con palillos, pero soy un poco torpe y no me acaba de quedar recta. Con
este invento puedes utilizar el cuchillo que quieras y adaptar la altura a los
diferentes niveles que tiene. Yo lo compré por internet, ya ni me acuerdo donde, pero en Bilbao lo he visto en Lord Cupcake.
Como a mi un nivel me quedaba un pelin alto y el
siguiente un poco bajo, lo solucioné pegándole a cada soporte un cartoncito en
la base. Y genial. Ceo que hacía mucho tiempo que no me quedaban unos bizcochos
tan rectos. Con lo que al cubrirla también me quedó muy recta, estoy
francamente contenta con el resultado visual.
En el encargo sólo me dijeron que la temática fuese Frozen y
que los personajes favoritos de Naia eran Ana y Olaf. Así que decoré la tarta
muy en mi línea, pocos colores y en tonos pastel. Que para este tipo de tartas
me parece que es lo que queda más fino y más bonito.
¡¡Además tenía el reto de siempre, tartas bonitas pero
también ricas!! Con la presión adicional de que la madre de Naia me dijo que
tuvo una mala experiencia con otra tarta de fondant que estaba muy seca. Yo no
voy a engañar a nadie. En una tarta de fondant el biscocho no puede ser super
ligero y esponjoso porque al ponerle encima 1k de fondant la tarta se hunde.
Pero hay que encontrar el equilibrio entre un bizcocho firme y una suela de
zapato. Recurrí a mi clásico bizcocho de
chocolate, que sale muy bueno. Lo bañé generosamente en almibar de vainilla y
lo cubrí con buttercream de chocolate, generosamente entre los pisos para que quedara
jugoso, y capa fina en la cobertura para que no resultara demasiado empalagoso.
Y por los comentarios de facebook parece que los que la probaron quedaron muy
contentos. ¡¡Una vez más, misión superada!!
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