¡Hoy toca una de mascarpone! Hace tiempo compré una terrina
porque me sonaba haber leído varias recetas que lo usaban, pero no tenía
ninguna idea en concreto. Parte del contenido lo usé para hacer una tarta de
queso y oreo del libro Objetivo: tarta perfecta. No creo que haga entrada de
esa tarta porque es una de las más feas que he hecho…eso si, estaba muuuuuy
buena. Hay que decir que las tartas de queso son una de mis debilidades y las
galletas tipo oreo…sin comentarios
La cosa es que la receta sólo usaba la mitad del queso, así
que se me planteó la duda de qué hacer con el resto y que me puse a buscar por
internet. Ninguna de las recetas que veía me acababa de convencer, así que al
final he cogido un poco de aquí y un poco de allá y esto es lo que ha salido.
Si te gusta el chocolate blanco está de morise de buena. Se puede comer tal
cual o, como en mi caso, cubrirla con mermelada. Total, unas pocas calorías de más
ni se van a notar. Además tiene de bueno que no necesita horno
Ingredientes para un molde de unos 18 cm:
Para la base:
125g de galletas tipo digestive. Yo utilicé unas del Lidl
50g de mantequilla a temperatura ambiente
Para la tarta
250g de queso mascarpone
300 ml de nata
200g de chocolate blanco
3 hojas de gelatina
Mermelada (opcional)
Triturar las galletas y mezclar con la mantequilla hasta
obtener una pasta. Cubrir el molde con esta pasta y meter a enfriar en la
nevera. Como la receta no requiere horno, en vez de utilizar un molde usé
cuatro copas
Poner a remojo las hojas de gelatina
Picar el chocolate en trozos pequeñitos. Poner la nata
hervir. Añadir el chocolate y remover bien hasta que el chocolate esté
totalmente derretido. Añadir la gelatina. Cuando la mezcla esté templada,
añadir el queso mascarpone. Rellenar el molde con esta mezcla y meter en la
nevera por lo menos 3 horas o hasta que haya cuajado. Queda mucho mejor si la
hacemos el día anterior
Se puede comer tal cual, pero si eres adicta al azúcar como yo, se le pude añadir
mermelada por encima
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