Hasta hace algo más de un año, no había oído hablar de este
postre. Pero fue sólo ver una foto por internet y decir ¡TENGO que probarlo! Al
menos “sólo” ha pasado un año hasta que he lo he sacado de mi interminable
lista de recetas pendientes. Por el momento ninguna superará a la paulova…
El crumble es un postre ingles que consiste en fruta
macerada con azúcar cubierto con unas migas de harina, azúcar y mantequilla. Se
suele servir templado y acompañado de nata, helado o natillas. Para aligerar mi
conciencia ante este despliegue de calorías, yo lo hice sin acompañamiento. La
receta que vi en internet era un crumble de manzana, y ese era el que tenía
pensado hacer hasta que un día acabé no sé cómo en una entrada de un blog que
lo había hecho de fresas. Entonces el cielo se abrió ante mi. ¡¡¡Si!!!! Fresas,
una de mis frutas favoritas, sólo superada por el mango y las frambuesas. Y en
el mismo puesto que las moras y la piña. Así que en ese momento supe que mi
primer cumble sería de fresas. Además así aprovecho a cumplir mi promesa de que
esta primavera publicaría unas cuantas entradas con fresas. La receta es una
mezclilla de varias que he visto por internet, añadiendo y quitando según mis
gustos. Y el resultado es un cumble muy rico, con un ligero sabor a canela y almendra.
Aunque tengáis tentaciones de usar las fresas que se van
quedando un poco pochas, esas mejor dejarlas para un batido. Entre el azúcar y
el horno es mejor que las fresas estén en buen estado para lograr que no se
conviertan en una especie de puré
Las migas se pueden congelar, con lo que podemos tenerlas
guardadas para un apuro y preparar este postre con cualquier fruta que tengamos
por casa en muy poco tiempo
Ingredientes para una persona:
200g de fresas
1 cucharada de azúcar moreno (unos 15g)
25g de mantequilla
25g de azúcar
25g de harina
10g de avena
5g de almendras
Canela en polvo
Pasos:
Limpiar y trocear las
fresas. Espolvorear con el azúcar moreno y reservar
Mientras tanto mezclar con las manos la harina, el azúcar,
la mantequilla y la avena hasta obtener una pasta con aspecto de migas.
Picar las almendras. Al ser muy poquita cantidad la picadora
eléctrica no sirve, así que yo desempolvé el mortero. Debe de ser la falta de
práctica, pero casi me salto un ojo con alguna almendra voladora que no quería
ser machacada :D
Escurrir las fresas y ponerlas en un cuenco apto para el
horno. Cubrir con las migas y la almendra picada. Espolvorear con canela al
gusto. Para mi con una cucharadita es suficiente.
Introducir en el horno previamente precalentado a 170º y
hornear unos 20 minutos, hasta que veamos que las migas tienen un color
tostado.
Y lo mejor de todo es que se come templadito, así que no
tenemos que esperar
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